Escudo guardián

El escudo guardián es un satélite de defensa autónomo diseñado para fortificar los perímetros de las bases y resguardar las infraestructuras vitales. Se encuentra suspendido a gran altura sobre el campo de batalla y proyecta un campo de energía protector que aumenta la cantidad de daño que puede sufrir un trabajador antes de ser destruido. Aunque es sobre todo un recurso defensivo, su cañón automático integrado elimina sistemáticamente a las unidades enemigas más débiles que se acercan demasiado, lo que lo convierte en una amenaza constante en enfrentamientos prolongados.
Estos satélites son reliquias de la tierra del Viejo Mundo, lanzados hace siglos para la defensa orbital y vigilancia planetaria. Con la Sociedad Boreal extinta desde hace tiempo, no se han construido nuevos escudos protectores desde hace generaciones. En su lugar, las unidades existentes se conservan y reutilizan con cuidado, adaptando su tecnología de blindaje a la guerra planetaria. Dañados por el tiempo, pero todavía funcionales, estos antiguos centinelas flotan silenciosamente en el cielo, vigilando el campo de batalla como siempre lo han hecho, recuerdos imperecederos de un pasado al que la humanidad ya no puede volver.